lunes, 19 de noviembre de 2012

El hogar

Tengo los ojos tan grandes
tantos gestos sin tocar
que me busco en todas las manos.
Y pido unos huesos prestados a la caricia.
Pero aquí
no ha habido cuerpo alguno
sino tránsito.
A veces
escribo mi nombre sobre los muebles
para verme caer en el polvo de las cosas.
O simplemente
para trizar el silencio y entrarme
...cuando ya me he marchado.
El mundo también aquí se derrumba
pero con más calma.
El polvo es un signo
que en puntillas borra otros signos.

Enoc Muñoz

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