que robamos corazones
y nunca desfallecemos,
porque somos los amigos del Uno.
El tiempo de los viejos sermones
ha pasado,
nosotros apuntamos directamente
al corazón.
Si la mente intenta entrar a hurtadillas
y tomar el mando,
nosotros le echaremos el lazo
sin demora.
Convertimos el veneno en medicina
y nuestras penas en bendiciones.
Todo lo que nos era familiar,
a quienes amábamos
y a nosotros mismos,
tuvimos que dejarlos atrás.
Bendito el poema que viene
a través de mi,
pero no de mi,
porque el sonido de mi propia música
ahogaría
la canción de amor.
La poesía más mística, más elevada, gracias por su difusión
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Juan Carlos, la poesía de Rumi es sencillamente una delicia.
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